El mercado del aceite de oliva en Polonia se encuentra en expansión, como atestigua el dato del crecimiento del 11,9% de las ventas totales en el periodo 2011-2015. En este último año, la facturación total del aceite de oliva alcanzó los 34,7 millones de euros.
En este país no se produce aceite de oliva y tampoco existe una gran tradición de consumo. En cambio, Polonia es el tercer productor comunitario de colza, cuyo aceite goza de gran popularidad entre los consumidores polacos. De hecho, entre 2011 y 2014 se llevó a cabo una campaña patrocinada por la UE que ensalzaba las propiedades saludables del aceite de colza. A pesar de ello, en los últimos años su consumo se ha reducido y las previsiones apuntan a que continúe descendiendo. Del mismo modo, las ventas del aceite de girasol se reducen año tras año, situación que puede extenderse a todos los restantes productos sustitutivos salvo la mantequilla.
A día de hoy, el aceite de oliva es un producto poco accesible por precio, pero existen 2 factores que compensan esta situación. Por un lado, Polonia no es ajena a la tendencia global de una mayor preocupación por la salud; por otro, el poder adquisitivo de sus 39 millones de habitantes aumenta a buen ritmo, lo que lo que hace más factible la compra de productos de categoría gourmet como el aceite de oliva virgen extra. En este sentido se hace necesaria la puesta en marcha de campañas que promocionen la calidad nutricional del aceite de oliva y sus propiedades saludables.
Todo el aceite de oliva que se consume en Polonia es importado, y la mayoría es de categoría virgen o virgen extra (en 2016 representó el 94% del total). Italia, España y Portugal dominan el mercado con cuotas del 35%, 25% y 24% respectivamente del total de las importaciones de aceites de oliva. En los últimos años las exportaciones españolas a Polonia han reducido la distancia con las italianas, mientras que las portuguesas han experimentado un crecimiento espectacular superando en 2016 a las exportaciones españolas en peso, y casi alcanzándolas en valor. Las marcas italianas, con Monini como líder, predominan en los lineales polacos, donde también se encuentran una apreciable variedad de aceites de oliva españoles. El aumento de las importaciones de aceite de oliva portugués responde a su distribución por la cadena de descuento líder en Polonia Biedronka, de capital portugués.
El principal canal de distribución de aceites comestibles son las tiendas de descuento; y el que más crece en términos interanuales, con un 4% de aumento en la facturación total en 2016, son las tiendas de conveniencia. Cabe destacar que ambos tipos de establecimientos ofrecen cada vez una mayor variedad y calidad en sus productos, en línea con las demandas de los consumidores polacos. Por su parte, supermercados e hipermercados ocupan una posición secundaria en la distribución de aceites, pero es en estas grandes superficies donde puede encontrarse una mayor variedad de producto. Mención especial merecen las tiendas gourmet, algunas de las cuales ofrecen aceite de oliva virgen extra de origen exclusivamente español; y las tiendas de productos ecológicos que se encuentran en expansión en Polonia. Por último, la distribución online de aceite de oliva es aún reducida, pero resulta una interesante oportunidad a explotar, habida cuenta de que Polonia es uno de los líderes europeos en compras por internet.
En cuanto a las tendencias más llamativas también ha de apuntarse que en el mercado polaco se ofrecen aceites de oliva con sabores y aromas, probablemente debido a que los consumidores polacos encuentran demasiado fuerte el característico sabor y picor del virgen extra. Además, para paliar la sensibilidad al precio del consumidor polaco medio, algunas empresas ofrecen packs compuestos por aceite de oliva y otro producto, como puede ser salsa de pesto. Otras tendencias observadas en el mercado son la venta de aceites de oliva en formato monodosis o adaptados al público infantil.
En este mercado no existen barreras arancelarias ya que Polonia es Estado Miembro de la Unión Europea desde 2004. Por el mismo motivo es de aplicación la normativa comunitaria relativa a productos alimentarios en general y al aceite de oliva en particular. Además, la normativa polaca exige que la información de las etiquetas esté escrita en polaco.
En Polonia, en general, el aceite de oliva continúa siendo un desconocido para el consumidor medio, si bien sus cualidades son apreciadas por los consumidores más formados. Por tanto, para abordar exitosamente este mercado es necesario, por un lado, la comunicación de las propiedades saludables de los aceites de oliva; y por otro, son convenientes campañas de marketing para promocionar los aceites de oliva españoles. En concreto, expertos del sector recomiendan llevar a cabo misiones comerciales directas para dar a probar el aceite español, especialmente el virgen extra. Los expertos consultados para la elaboración de este estudio aseguraron que los aceites de oliva virgen extra españoles tienen en general una mayor calidad que los italianos sin implicar un precio más elevado.
En conclusión, el mercado del aceite de oliva en Polonia ofrece oportunidades a las empresas españolas. Para alcanzar el éxito en este país es clave la apuesta por la calidad, la comunicación de las propiedades saludables del producto y las misiones comerciales directas con el objetivo de que los importadores y consumidores prueben y distingan la calidad de los aceites de oliva españoles, especialmente el virgen extra.
Fuente: Estudio de mercado: «El mercado del aceite de oliva en Polonia 2017». ICEX España Exportación e Inversiones. Autor: Olmedo López-Frías, Enrique. Oficina Económica y Comercial de España en Varsovia.